sábado, 31 de diciembre de 2011

Hay una calle por la que no me animo a pasar
Hay un camino que no me animo a hacer
Hay una noche que no me animo a olvidar
Hay una promesa que no me animo a cumplir
Hay un recuerdo que no me animo a borrar
Hay una palabra que no me animo a decir
Hay una idea que no me animo a pensar
Hay un perfume que no me animo a sentir
Hay una remera que no me animo a usar
Hay un regalo que no me animo a guardar
Hay una foto que no me animo a romper
Hay un peluche que no me animo a abrazar
Hay una historia que no me animo a cerrar
No me gusta esto, no lo quiero, no la estoy pasando bien. No tengo ganas de hacer nada, la diversión con amigas solo dura unas horas, y después vuelve todo el dolor. Me estoy inclinando a pensar (me obligo a) que todas las cosas pasan por algo, y que si algo termina ahora es porque otra cosa mejor va a empezar. Que ya está, fue algo hermoso, que duró un montón de tiempo pero que no iba a ser para siempre. Creo que mi mayor miedo en todo esto no es el hecho de no volver con él nunca mas, sino no poder superar todo este dolor rápido, porque realmente es insoportable.
Este dolor me lleva, a arrancarte de mi corazón.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado. Ya no compartirás la clara luna, ni los lentos jardines. Ya no hay una luna que no sea espejo del pasado, cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes que acercaba el amor. Hoy sólo tienes la fiel memoria y los desiertos días.
Nadie pierde (repites vanamente), sino lo que no tiene y no ha tenido nunca, pero no basta ser valiente para aprender el arte del olvido. Un símbolo, una rosa, te desgarra y te puede matar una guitarra.
Ya no seré feliz. Tal vez no importa. Hay tantas otras cosas en el mundo; un instante cualquiera es más profundo y diverso que el mar. La vida es corta y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha, la muerte, ese otro mar, esa otra flecha que nos libra del sol y de la luna y del amor. La dicha que me diste y me quitaste debe ser borrada; lo que era todo tiene que ser nada.
Sólo que me queda el goce de estar triste, esa vana costumbre que me inclina al Sur, a cierta puerta, a cierta esquin
a.

J.L.BORGES